El Pato Donald y el Colonialismo Cultural

 

El libro Para leer al Pato Donald, escrito por Ariel Dorfman y Armand Mattelart, es una obra fundamental para el estudio de la ideología en la cultura de masas y los medios de comunicación. Publicado en 1971 en Chile, en el contexto del gobierno de la Unidad Popular, este análisis ofrece una visión crítica de los cómics de Disney, argumentando que estos vehiculizan una ideología colonialista y capitalista que refuerza estructuras de dominación y dependencia.

La narrativa de las historietas de Disney presenta un mundo sin conflictos políticos explícitos, pero plagado de desigualdades que se naturalizan. En las aventuras del Pato Donald y sus familiares, la estructura social está jerarquizada: hay personajes ricos y pobres, pero nunca se cuestiona el origen de la riqueza ni se plantea una solución estructural a la pobreza. El "orden natural" del mundo es inamovible y los personajes deben conformarse con sus circunstancias. Uno de los conceptos clave desarrollados en el libro es el de "colonialismo cultural". Dorfman y Mattelart sostienen que los cómics de Disney refuerzan la dependencia económica de los países del Tercer Mundo al promover valores consumistas y una visión de progreso basada en la adopción del modelo occidental. En muchas historias, los personajes viajan a tierras exóticas donde interactúan con pueblos "atrasados" que dependen de la ayuda o intervención de los protagonistas occidentales para alcanzar el desarrollo. Esta representación implícita justifica la intervención de las potencias capitalistas en los países periféricos, consolidando una visión del mundo donde la dependencia económica es presentada como algo inevitable y natural. La alienación también se ve reflejada en el consumo. Los personajes de Disney no poseen familia nuclear, sino que habitan en un mundo donde las relaciones de parentesco son ambiguas y el lazo social se define principalmente por el consumo y la acumulación de riqueza. Esto refuerza una visión individualista de la sociedad donde el éxito se mide por la adquisición de bienes y la superación personal en términos monetarios.

Las narrativas de Disney han evolucionado en su contenido, pero aún se pueden encontrar elementos que perpetúan visiones del mundo basadas en la desigualdad, la explotación y la naturalización del capitalismo. En un mundo donde las industrias culturales juegan un papel determinante en la formación de subjetividades, la crítica de Dorfman y Mattelart sigue invitando a cuestionar los discursos dominantes y a analizar de manera más crítica los productos que consumimos a diario. En definitiva, Para leer al Pato Donald no es solo un análisis de los cómics de Disney, sino una reflexión más amplia sobre el papel de la cultura en la reproducción del poder y la ideología.

Finalmente, en efecto se puede decir que el libro de Dorfman y Mattelart nos ofrece una mirada crítica sobre la aparente inocuidad de la cultura de masas y nos desafía a cuestionar los mensajes implícitos en los productos culturales. A través del análisis del Pato Donald, los autores revelan los mecanismos por los cuales la ideología dominante se infiltra en la vida cotidiana, influyendo en las percepciones del mundo y reforzando estructuras de poder. En un contexto globalizado donde los medios de comunicación siguen siendo un instrumento clave de influencia, su llamado a la reflexión crítica sigue siendo más relevante que nunca.

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